Foster Innovation Culture and Collaboration.


Foster Innovation Culture and Collaboration.

En los últimos 20 años, el mundo industrial y el mundo tecnológico convergen y han comenzado a transformar la manufactura y procesos.
La industria se ha visto invadida por nuevas ideas tecnológicas, desde aplicaciones como “digital twins” hasta la evolución de aplicaciones de mantenimiento predictivo y gerencia de activos.
El mercado parece estar evolucionando de una mentalidad centrada en la tecnología, a una centrada en la solución, pero lento.
También nos estamos dando cuenta de que el impacto de las tecnologías individuales en forma aislada tiene un límite; su real valor se hace evidente cuando se integran.


La tecnología no es por  sola la magia que cambiará todo. Las personas deben hacerlo también. Y deben hacerlo enfatizando más en el trabajo colaborativo.

Internet de las cosas (IoT), redes de datos incluyendo las redes de quinta generación (5G), inteligencia artificial (IA), blockchain y computación en la nube- muestran un potencial sin precedentes.
Estas tecnologías son realmente transformadoras cuando se interconectan para resolver un problema específico. Individualmente su impacto es bueno, pero se verá limitado. Colectivamente, son un cambio evolutivo.  Y es aquí donde la parte humana tiene un rol decisivo. Es necesario incentivar hoy más que nunca, una cultura de innovación. Innovación no la defino como la simple adopción de una tecnología.  Como la innovación y las tecnologías nos arropan por muchos flancos, no queda de otra, necesitamos colaborar y cambiar.

Me gusta esta comparativa con el cuerpo humano:
IoT y 5G actúan creando y transmitiendo datos sobre los que se debe actuar. La IA (inteligencia artificial) es el cerebro, convirtiendo los datos en información para tomar decisiones más inteligentes. Blockchain es el anticuerpo que mantiene el sistema seguro, mientras que la computación en la nube es como nuestra espina dorsal, asegurando que las funciones se interrelacionen efectivamente.


Si no fuera por esta interrelación y colaboración, nuestro cuerpo humano no desarrollaría todo su potencial. En el mundo industrial y de cara al aprovechamiento de las nuevas tecnologías, esta colaboración es imprescindible


Les cuento como lo hacíamos cuando empezamos a automatizar plantas industriales en los años 90, específicamente en el sector de Oil&Gas.  

Para delimitar responsabilidades establecimos una línea. Desde los instrumentos de campo hasta los IO de los controladores, éramosresponsables, en principio porque éramos el “dueño” del activo industrial (compresor, caldera, bomba, separador).  La HMI (interface operación) tenía otro dueño, le decíamos que era parte del grupo de “automatización”.

No tardamos en romper estas barreras entre los actores. Instrumentos de campo, equipos mecánicos, la HMI, el desktop. Nos traía conflictos, retardos, imprecisiones, etc. Debíamos incentivar el instinto humano de colaboración. Como el cuerpo humano, sí, hay especialistas para cada órgano, pero teníamos que asegurar que todos trabajaran colaborativamente. Este solo hecho lubricó nuestra imaginación y empezaron a surgir ideas y muchos pequeños proyectos que ahora sí, aprovechaban a fondo las nuevas tecnologías instaladas.

 Las ideas surgieron impresionantemente cuando, como grupo y total responsables, asumíamos los retos colectivamente.Faltaban escalones. Y era la integración de esta data industrial con el ambiente de oficinas, donde el negocio se cristalizaba. Empezamos a trabajar en esto, para prontamente chocar contra una nueva pared.La infraestructura de comunicaciones no era de nuestro alcance y responsabilidad.

 Así mismo, nuestros amigos de tecnologías IT, veían la pared igual, pero del otro lado. Era imperativo el trabajo conjunto, era imperativo compartir, entre otros aspectos: riesgos, esfuerzo, objetivos, etc. Esto no se resolvió administrativamente, era lento. Necesitábamos actuar ya.  Solo cuando establecimos el nexo humano de colaboración, en una cultura de innovación, empezaron a saltar los datos a los desktops de nuestros amigos ingenieros de producción. 

Lo administrativo nunca se resolvió a tiempo o estaba muy lento.
Un claro ejemplo de cómo la colaboración humana y el espíritu de innovación se combinan para lograr objetivos comunes, sin importar de qué lado de la pared estés.
Hoy tenemos un reto similar, o más inspirador me atrevo a decir.
 A romper paredes pues.

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